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Movilizando afectos: 3 Proyectos artísticos Edgardo Aragón, Cadu y Rafiki Sánchez.

En rueda de prensa, con presencia del curador Luis Vargas Santiago, el director del museo Ramiro Martínez y uno de los artistas Rafiki Sánchez. En palabras de Luis Vargas, estas obras se tratan de arte participativo donde el creador se involucra con personas que aparentemente no tienen nada que ver con las bellas artes. Estos creadores toman como su estudio a la Ciudad de México y tienen de productores y curadores a inSite/Casa Gallina.

Este tipo de modelo trata de buscar nuevos nutrimentos al contenido de las prácticas artísticas, con dinámicas y lenguajes a partir de procesos creativos grupales.

Rafiki Sánchez habla de cómo fue el proceso de integración con personas en duelo y se crea un grupo de curación, teniendo la base de la tanatología como escaparate para lograr un alivio. Dentro de esas platicas de sanación, Rafiki fue concibiendo la idea de un mándala, donde los asistentes a esas reuniones fueron colocando frases de desahogo, ánimos y fuerza; esos mensajes son aunados a un tejido que se halla en una de las salas del Amparo.

Cabe resaltar que esos documentos, aunque fueron quemados, siguen siendo parte de la obra de Rafiki, ya que las cenizas fueron recolectadas y colocados en el piso, al pie del bordado, dando realce y contraste al segundo.

En Movilizando afectos se reúnen tres proyectos de artistas diferentes, los cuales se concibieron y realizaron de manera independiente en un barrio de la capital del país. En cada pieza, las dinámicas procesuales, lideradas por cada artista, buscan construir experiencias significativas, cuya sutileza e intensidad proceden de su efectividad artística.

Estos tres procesos creativos, de mediano o largo plazo respectivamente, obedecieron a la organicidad específica y a la dinámica interna de los grupos convocados por cada artista. Ese diálogo intenso determinó los ritmos, las temáticas, así como la naturaleza de la experiencia social y humana que cada pieza encarna.

No deben perderse esta exposición temporal, en ella hallaran emociones a flor de piel y que difícilmente se darían abiertamente; pero aquí hay una gran empatía entre el inspirador y quien crea arte, quedando demostrado que el arte es la profesión más humana que hay…

Ocioltura y el Museo Amparo invitan a que recorras éstas y las otras salas de cultura y bañes el yo interno con sutileza e intensidad…

Escrito por Invidente Zurdo

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